EL CHANCRO DEL CASTAÑO
El castaño es una frondosa muy apreciada en el Principado de Asturias por su importancia paisajística y socio-económica.
Se encuentra distribuido de forma muy variable en los 78 concejos
que conforman el Principado, desde 1 ha en el concejo de Ribadedeva
a 5.168 ha en el de Tineo. La producción de madera de castaño
ha ido disminuyendo, desde 102.097 m3 el año 1999 hasta 43.029 m3 el año 2006.
La distribución de los castaños en la provincia es muy heterogénea debido a su origen fundamentalmente antrópico. Así, encontramos castaños formando masas de extensión variable, o bien como individuos aislados. Esta última es la forma más común en algunos concejos, generalmente en linderos de fincas, como árboles aislados en los bordes de las carreteras y como árboles singulares en parques y jardines.
Las plagas que le afectan, en su mayoría, son insectos que causan daño a los frutos, al follaje y a la madera y su incidencia varía en función de la climatología y las condiciones de la zona. Las principales enfermedades que afectan al castaño son la tinta y el chancro.
La tinta es una enfermedad de raíz causada por el hongo Phytophthora cambivora y/o Phytophthora cinnamoni.
El chancro, en el que nos vamos a centrar este post, es una enfermedad que afecta a los troncos y ramas y cuyo agente causal es el hongo Cryphonectria parasitica.
El origen del hongo Cryphonectria parasitica, parece ser asiático y fue introducido a principios del siglo XX en los Estados Unidos de América con la importación de castaños asiáticos.
El hongo afectó muy seriamente al castaño americano y se convirtió en una devastadora enfermedad que desplazó a su huésped de su hábitat natural. Así, de ser una especie dominante, el castaño americano ha pasado a formar parte del sotobosque, en el que sobrevive gracias a la capacidad que tiene la especie de brotar de las raíces; los rebrotes vuelven a ser infectados por la enfermedad y casi nunca alcanzan la madurez.
En Europa, los primeros árboles infectados se observaron en 1938 en Italia. En este caso, el hongo ha podido tener dos rutas de introducción, desde Asia con la importación de castaños asiáticos, o bien con la importación de híbridos de castaño desde Estados Unidos . La enfermedad está extendida desde Portugal hasta Turquía pero, a diferencia de la situación en América del Norte, aquí los bosques están menos dañados y se cree que puede ser debido a dos causas: el castaño europeo parece ser ligeramente menos sensible a la enfermedad que el americano y la presencia natural de un virus que parásita al hongo y reduce su virulencia.
En España, C. parasitica se detecta por primera vez en 1947 en
Galdácano (Vizcaya), en una parcela de experimentación de castaños orientales,
donde se vio que afectaba a algunos ejemplares aislados de castaño japonés y a
un solo ejemplar de castaño común.
El hongo, para poder infectar una planta, necesita tener una vía de entrada en la corteza ya sean heridas producidas por animales, roturas mecánicas, etc. Las poblaciones de C. parasitica, al igual que sucede con otras especies de patógenos de plantas, presentan una marcada diferencia en cuanto a la diversidad y a la estructura en diferentes localizaciones.
Control de la enfermedad del chancro.
Después de la aparición de la enfermedad en EE.UU. se siguieron diferentes estrategias para su control. En un primer intento para prevenir su dispersión se podó el material infectado, se aplicaron diferentes productos fungicidas y se realizó la tala rasa de bosques enteros.
A lo largo de los años se han realizado algunas pruebas de control químico de la enfermedad con diferentes productos fungicidas, aplicados siguiendo distintas estrategias. Todos estos productos mostraron un mayor o menor éxito en el control de la enfermedad pero, o bien han resultado ser poco efectivos para un tratamiento a largo plazo, o bien su aplicación resultaba ser poco práctica.
La escasa eficacia del control químico ha hecho que los esfuerzos se dirigieran hacia otros métodos o estrategias de control. Así, la búsqueda de híbridos de castaño resistentes se basa en los altos niveles de resistencia que las especies asiáticas, C. crenata y en especial C. mollissima, presentan frente a la enfermedad. Estas especies se incluyen en programas de retrocruzamiento con las especies C. dentata en EE.UU. y C. sativa en Europa.
Debido a la importancia socio-económica del castaño en Asturias y a la gravedad de la enfermedad y a su rápida extensión en nuestros castañares, se planteó abrir una línea de investigación sobre la enfermedad con vistas a conocer la situación actual y poder realizar actuaciones para mejorarla. El trabajo se planteó en base a los siguientes objetivos:
- Determinar la situación actual de la enfermedad en los castañares del Principado de Asturias y establecer una colección de trabajo, con cepas del hongo Cryphonectria parasitica, representativa de la realidad asturiana.
- Conocer la variabilidad del hongo referida a los grupos de compatibilidad vegetativa, ya que es el primer condicionante de la propagación de la hipovirulencia, y el potencial incremento de esa variabilidad, que se podría producir debido a la recombinación genética causada por la reproducción sexual, determinando la presencia de los genes MAT.
- Caracterizar morfológicamente los aislamientos de dicha colección de trabajo, como primer paso en la detección de cepas hipovirulentas del hongo complementándolo con una caracterización patogénica de los aislamientos de la colección de trabajo.
- Aplicar técnicas moleculares al estudio de los aislamientos de la colección.
- Estudiar la eficacia de una posible alternativa química para el control de la enfermedad con el objetivo de ser aplicada en situaciones puntuales tales como la producción de planta en viveros o el tratamiento de árboles singulares.